Ucrania acaricia el «sueño» de unirse a la UE
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Desde Leópolis , en el oeste, hasta Donetsk , en el este, la bandera azul con doce estrellas ondea en numerosos pueblos y ciudades de Ucrania. Es la muestra espontánea de las esperanzas que muchos ucranianos atesoran desde hace una década. Los símbolos de la Unión Europea tienen un significado diferente y especial en el país invadido por Rusia. Fueron utilizados por los ciudadanos que se levantaron contra el expresidente Viktor Yanukovich cuando este rechazó estrechar las relaciones con Bruselas. Aquella Revolución de la Dignidad en 2014 marcó un viraje hacia occidente en la política exterior ucraniana que esta semana inició un importante capítulo con el inicio del diálogo para la adhesión. El pasado martes se celebró la primera Conferencia Intergubernamental sobre la adhesión de Ucrania a la UE en Luxemburgo. Aunque se trata de un paso ceremonial, tiene una inmensa importancia para una sociedad que se ha visto obligada a luchar y morir por mantener su independencia y soberanía. El presidente Volodímir Zelenski calificó el inicio de las conversaciones como «un día histórico en el que avanzamos hacia negociaciones reales con la Unión Europea sobre la membresía de Ucrania». El mandatario ucraniano destacó en un mensaje en X que las aspiraciones europeístas de Ucrania comienzan a concretarse. «Cuando firmamos la solicitud de ingreso en la UE el quinto día de la guerra a gran escala, muchos dijeron que no era más que un sueño. Pero hicimos realidad este sueño», subrayó el mandatario. A pie de calle, la mayoría de los ciudadanos ucranianos coincide con su presidente. Nina, una jubilada de Kramatorsk, sonríe de incredulidad cuando escucha la pregunta de si está a favor de pertenecer a la Unión Europea: «Claro que quiero que nos integremos en la Unión Europea, es donde debemos estar, llevamos esperando mucho tiempo», sentencia la mujer. La adhesión al club de los 27 será un proceso largo y todavía incierto tanto para Ucrania como para las instituciones europeas. Hoy en día no muchos ucranianos están familiarizados con las dinámicas de Bruselas. Roman Jrument , un joven de 26 años especializado en turismo internacional, señala que es complicado conocer cómo funciona internamente una organización internacional a la que todavía no pertenecen. «No voy a ocultar que tengo un conocimiento superficial en este tema. Sé que la toma de decisiones se lleva a cabo en el Parlamento Europeo, donde están los representantes de cada país de la Unión… Y si comparamos los conocimientos de la gente de mi entorno, son aproximadamente iguales», apunta Roman desde Kiev. Ucrania presentó oficialmente su solicitud para ser miembro de la UE en febrero de 2022 , tan solo cinco días después del inicio de la invasión rusa a gran escala. En diciembre de 2023 los dirigentes del bloque comunitario dieron su visto bueno a las negociaciones sobre la membresía. Las autoridades de Kiev tuvieron que emprender una serie de reformas antes, entre las que destacan el fortalecimiento de la agencia anticorrupción; las garantías de los derechos de las minorías que viven en el país o las medidas para frenar la influencia de los oligarcas en país. Los cambios en la burocracia estatal, que todavía acusa prácticas corruptas establecidas desde los tiempos de la URSS, y en otros sectores como el poder judicial siguen en la lista de tareas pendientes. La viceprimera ministra para la integración europea y euroatlántica de Ucrania, Olga Stefanishyna , será la encargada de dirigir todo el proceso negociador. La política ucraniana ha dejado ver su entusiasmó por esta nueva etapa que se abre para su país. «Ucrania está un poco loca y obsesionada con el proceso de adhesión a la UE», resaltó Stefanishyna en una entrevista con la agencia AP el pasado 24 de junio. Las autoridades de Ucrania, y Zelenski en especial, tienen como prioridad máxima su adhesión a la Unión Europea. «Esta es la máxima voluntad del pueblo ucraniano. Y hemos visto a los ucranianos defender su elección», subrayó la funcionaria ucraniana. Sin embargo, en Kiev son conscientes de queda mucho trabajo por hacer: «El próximo medio año será crucial», destaca. Olga Stefanishyna calcula que su país se una oficialmente a la UE en 2030 y apunta que «no espera ningún tipo de concesiones» ni trato de favor durante el proceso. El consenso social sobre la membresía de Ucrania en la Unión Europea es claro. Más del 70% de los ucranianos está a favor de la adhesión al club de los 27, según una encuesta realizada el pasado mes de octubre por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev. Aunque hay matices geográficos –en el oeste el porcentaje de partidarios de la Unión es más de diez puntos mayor que en las regiones del este– la mayoría tiene claro cuál es el destino a largo plazo. «La adhesión a la UE fortalecerá el desarrollo de mi país y reforzará sus instituciones democráticas», sostiene Myra Tkachenko , voluntaria civil ucraniana de 34 años que nació en Bajmut. Para Dmytro Kulabar , profesor de música en Kiev, el proceso de integración, por sí solo «no cambiará nuestras vidas hasta que comencemos a cambiar dentro de nosotros mismos. Hay muchos problemas éticos, como la corrupción, que deben combatirse», apunta. El inicio de las negociaciones es solo la primera etapa de una senda que puede durar años y que entraña grandes retos. Myra considera que el camino de la integración será un «gran desafío» a pesar de los cambios que ya se han efectuado en el país. Dmytro cree que será sencillo y complejo al mismo tiempo. «Será fácil, porque muchos jóvenes que no tienen una mentalidad soviética harán cosas útiles para integrarse en la sociedad europea. Pero también habrá cosas difíciles, como la lucha contra la corrupción y la aceptación de las relaciones homosexuales por parte de una parte de la población», destaca el profesor de música. La construcción de un sistema judicial independiente, la cooperación internacional en el área de defensa o los cambios de mentalidad son clave para que el proceso de adhesión sea exitoso. «Ucrania debe fortalecer sus instituciones democráticas, garantizar los derechos humanos, construir un sistema judicial independiente y combatir la corrupción», destaca Myra. Es precisamente la batalla contra la corrupción la principal preocupación de estos ucranianos, más allá de la guerra a gran escala. «Me encantaría ver el proceso de destrucción de nuestra corrupción; incluso me comería unas palomitas mientras observo esto. De padre a hijo se ha transmitido la regla de que hay que llevar una chocolatina al médico, una botella de coñac al profesor por aprobar un examen… y esto debe desaparecer», apunta Roman. Otro punto fundamental que manifestaron todos los entrevistados por ABC es la importancia de mejorar el nivel de vida de Ucrania. «Son necesarias reformas económicas a gran escala y también continuar con la modernización de la educación, la atención sanitaria y la infraestructura para cumplir con los estándares europeos», subraya Myra. Ucrania se encuentra en un proceso «irreversible», según sus autoridades, cuya meta es la integración en las organizaciones de occidente y en la Unión Europea. El país, arrastrado a una guerra total tras la invasión rusa a gran escala, está dispuesto a dar la batalla interna para alcanzar «el sueño» comunitario. «Los ucranianos son muy ingeniosos, inteligentes y, lo más importante, están dispuestos a trabajar y a afrontar cualquier cambio, especialmente si hablamos de mi generación», concluye con optimismo Roman.