Las claves mentales para que España siga avanzando en la Eurocopa
España superó la fase de grupos con marca de excelencia, con tres victorias en tres partidos y ningún gol encajado, una combinación que no había conseguido ninguna selección en un torneo como este. Sin embargo, todo vuelve a empezar, los números conseguidos ya no suman y sólo cuenta el partido contra Georgia. Una nueva realidad para la que los jugadores tienen que estar preparados física y mentalmente.
«Lo interesante sería rebajar las expectativas al máximo, bunquerizarse y estar sólo el equipo y su entorno cercano, su staff, porque son ellos los que saben exactamente de qué recursos disponen para seguir avanzando y oír muy poco todo lo de fuera porque puede jugar en contra. Se trata de seguir con el plan que tenían, y hacer un trabajo de recordar por qué lo han hecho tan bien, por qué están marcando diferencias, que se acuerden de cuáles son los puntos fuertes para ponerlos otra vez en juego. Que no se olviden de que no han llegado aquí por arte de magia, porque si no podíamos llegar a una pequeña relajación de decir “somos buenos”. Es recordar una y diez mil veces cuáles han sido las claves que les han llevado a hacer una fase de grupos tan buena para intentar repetirla en el siguiente partido. Y sólo existe un partido, el siguiente. No existe nada más», explica Mar Rovira, antigua jugadora de baloncesto internacional y ahora psicóloga y directora del departamento de rendimiento mental del Espanyol.
Es importante que los jugadores se centren sólo en el siguiente partido. «Para llegar a los sitios si quieres llegar arriba del todo hay que subir escalón a escalón, no lo puedes hacer de otra manera y te tienes que centrar en lo que tengas más cerca. No tiene sentido mirar al último partido si cuatro antes ya estás fuera», asegura Rovira.
Del trabajo mental en la selección se encarga Javier López Vallejo, portero internacional en todas las categorías de la selección excepto en la absoluta, y que jugó varios años en la élite. Una ventaja para acercarse a los futbolistas. «Utilizamos todos los recursos que tenemos a mano para hacer nuestro trabajo. Para mí son todo ventajas. Haber sido futbolista profesional no te garantiza ser un buen psicólogo deportivo, pero si tienes una buena base teórica, si eres bueno en lo que haces y además tienes esa experiencia vital y la sabes utilizar bien, porque también hay que tener un perfil bajo, no tener ego, no personalizar y pensar que lo que te fue bien a ti tiene que irle bien a ellos... Si lo sabes utilizar bien, para mí es un plus máximo. Yo lo exploto mucho. Es un plus que otros psicólogos no tienen», asegura la exjugadora internacional de baloncesto.
Luis de la Fuente intenta controlar la euforia. El vestuario ya lo tiene controlado y el ambiente parece ideal. «Uno se adapta mejor a lo conocido que a lo desconocido. Esa es una de las fortalezas de nuestra selección absoluta, que el 80 por ciento proviene de las inferiores, han tenido experiencias ya en este tipo de campeonatos, saben cómo convivir, atenerse a unas reglas muy sencillas de comportamiento y luego remar todos en la misma dirección. No es fácil, porque los egos hay que saberlos manejar», explica Juan Carlos Gómez Perlado, que fue preparador físico con Luis de la Fuente en las selecciones inferiores durante varios años.
Los suplentes no son un foco de conflicto, aunque en sus clubes estén acostumbrados a ser protagonistas. «En un mes podemos dejar a un lado los intereses personales por un bien común mucho mayor. En este caso no suele haber problemas y jugadores suplentes ya saben que si son perfiles conflictivos a nivel de grupo no entran. Tú no puedes meter jugadores que no vayan a sumar. Un perfil de jugador que sea muy estrella si lo convocas lo tienes que convocar para que juegue. Si no, mejor no convocarlo», asume Mar Rovira. En España todos suman.