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Июнь
2024

ANÁLISIS | Iván Gil: más talento para la sala de máquinas de la UD

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El talentoso mediapunta catalán se ha convertido en el nuevo refuerzo de Las Palmas de cara a la temporada 2024/25. Después de un periplo exitoso en Andorra, el futbolista de Viladecans tendrá la oportunidad de debutar en Primera División en un equipo que puede explotar aún más sus cualidades.

La contratación de Iván Gil (18/01/2000, Viladecans) sorprende y no sorprende a partes iguales. Por un lado no sorprende, pues el fichaje estaba cerrado desde hacía semanas y lo único que quedaba era que se terminara la temporada para que el equipo lo anunciara de manera oficial. Incluso antes de que el Andorra certificara su descenso a Primera RFEF ya había un acuerdo con el futbolista. Un caso completamente normal en el mundo del fútbol, dado que el jugador terminaba contrato a final de curso y era libre para negociar con cualquier club desde el pasado mes de enero.

Sin embargo, la parte que sí puede sorprender a cierto sector de aficionados es la apuesta continua de la dirección deportiva por jugadores de Segunda División sin experiencia la élite. Más aún en el caso de Iván Gil, titular en un equipo que ha descendido a la tercera categoría. Después de pasar serios apuros para evitar el descenso, parece que se pide jugadores contrastados en Primera para «asegurar» la salvación otra temporada más en lo más alto.

Iván Gil y los perfiles que gustan a Helguera

Lo cierto es que la hoja de ruta de Luis Helguera apenas ha cambiado incluso con el ascenso a Primera. El actual director deportivo llegó en 2020 y se encontró con una plantilla veterana, que consumía mucha masa salarial y que tenía poco valor de mercado. Desde entonces, su estrategia ha sido la de dar un giro radical: apostar por futbolistas jóvenes, que consuman poca masa salarial y que sobre todo tengan encaje en el modelo de juego para que se puedan revalorizar. Con sus aciertos y sus errores, no se puede negar que los objetivos se han cumplido con esta apuesta. Además de regresar a la élite, el valor de mercado de la plantilla de Las Palmas nunca ha sido tan alto, ni siquiera en temporadas anteriores en Primera.

Sorprenda o no, lo cierto es que el fichaje de Iván Gil es una decisión coherente con esta hoja de ruta. Llega a la isla un jugador que en primer lugar encaja con lo que se demanda a un centrocampista en la UD. Un futbolista joven, con proyección y con muchas posibilidades de revalorizarse. Lo hace además a coste cero y consumiendo poca masa salarial en comparación con los astronómicos sueldos que son la tónica dominante en Primera División. Una apuesta con muy pocos riesgos y con demasiadas posibilidades de salir bien como para dejarla pasar.

Un perfil pulido por Éder Sarabia

Decimos que Iván Gil encaja con el modelo de juego de Las Palmas porque ha llegado al fútbol profesional de la mano de un viejo conocido (y en ocasiones anhelo) como es Éder Sarabia. El que fuera segundo de Quique Setién en la UD hizo de Iván una de sus piezas angulares en Andorra y con una propuesta de fútbol similar a la que defiende el cuadro amarillo logró meterlo en Segunda División y firmar una primera temporada brillante. La segunda eso sí ha acabado naufragando, con el equipo regresando a Primera RFEF y con Sarabia siendo destituido a mitad de curso.

Encaja en el modelo de juego no solo por el estilo de fútbol que ha practicado durante los cerca de 90 partidos que fue dirigido por Sarabia, sino también por su propio perfil. Jugador de corte técnico y con buen trato con la pelota, de los que gustan en la isla. Polivalente como busca el equipo, que se le ha fichado sobre todo por su capacidad de jugar como interior organizativo pero que no deja de ser un enganche que sabe jugar en los dos costados. Hasta en cuatro posiciones diferentes ha destacado en el Principado (interior, mediapunta, extremo diestro y zurdo).

Encaja también porque sus cualidades coinciden con algunas de las carencias que ha tenido Las Palmas esta temporada. Hablamos de un jugador que, ocupe la posición que ocupe, tiene una incidencia altísima en el juego ofensivo de su equipo. No solo porque la gran mayoría de los ataques han pasado por sus botas y que ha asumido la responsabilidad de ser el cerebro del Andorra, sino que también ha sido el encargado de definir. Ha terminado la temporada siendo uno de los futbolistas más determinantes de la categoría, ocupando puestos muy altos en acciones que llevan a gol (pases clave, pases progresivos, conducciones…) y siendo además el máximo artillero de su equipo. Seis goles anotados, algunos de ellos de muy bella factura porque el disparo desde media-larga distancia es una de sus especialidades.

Evidentemente, todo esto lo tenemos que contextualizar en un equipo que ha descendido a Primera RFEF, donde quizás sea más sencillo destacar que en equipos con otros objetivos. Pero a la actual UD le importa más bien poco en qué equipo estás destacando, sino si encajas en el modelo de juego y eres capaz de darle un salto de calidad al equipo. Tanto es así que, salvo la excepción de Jasper Cillessen, el equipo solo ha firmado a futbolistas jóvenes procedentes de Segunda División. La falta de experiencia no es un problema para un equipo donde esta temporada han triunfado otras apuestas como Mika Mármol o Javi Muñoz.

Bendito problema para el nuevo entrenador

Uno de las primeras decisiones que tendrá que tomar el próximo técnico de Las Palmas será el de encontrar el rol adecuado a Iván Gil. Tanto en minutos como en la posición. Hablamos de un jugador que puede ocupar el rol de Kirian como organizador del juego, que puede partir desde las bandas y trazar diagonales por dentro como hace Alberto Moleiro (o el recién fichado Manu Fuster) o jugar como enganche escoltando al delantero centro. Son muchas posibilidades y se puede intuir que el catalán ocupará más de una posición a lo largo de su etapa en la isla.

Si el elegido es finalmente Luis Carrión, muy probablemente el esquema a utilizar sea el 4-2-3-1, que a fin de cuentas es el que más éxitos le ha dado. No es una formación desconocida para Iván Gil. De hecho es la última en la que ha participado, dado que Ferran Costa la utilizó durante muchos partidos tras la destitución de Sarabia. Cuando fue así, el futbolista jugó partiendo desde la izquierda pero teniendo libertad para meterse hacia zonas interiores. Esto se suele hacer cuando en esa banda hay un lateral con recorrido y profundidad (en Andorra estaba Diego Pampín y ahora en la UD Álex Muñoz). El lateral avanza, el extremo traza la diagonal y se pueden generar espacios y dudas en la defensa rival.

Jugar en la izquierda también lo pone en disposición de perfilarse rápidamente para su pierna y sacar un centro que vaya de fuera hacia dentro pero sobre todo de poder cargar el disparo rápidamente. Su golpeo de lejos es muy bueno y esta misma temporada nos ha brindado auténticos golazos desde la larga distancia. Al fin y al cabo, la UD lleva siendo varias temporadas de los equipos que más veces lo intenta (y consigue anotar) desde fuera del área, en parte por las tremendas dificultades que tiene para generar peligro. La contratación de Iván Gil intentará poner solución a lo segundo además de reforzar lo primero.

Aún así, no hay que olvidar que a Iván Gil se le ficha por su rendimiento y perfil con Sarabia, y con Sarabia jugó muchísimo como interior. Manejaba los tiempos del equipo, organizaba el ataque y en muchas ocasiones retrasaba su posición para recibir e iniciar las jugadas. Aglutinaba mucho balón, quizás en algunos momentos en exceso, pero el Andorra construía sus ataques alrededor de su figura. Quizás su rol pueda ir más enfocado a que Kirian entre en rotación y que no tenga tanta carga de minutos, algo que desde luego pagó en el tramo final de temporada.

A fin de cuentas, uno de los aspectos que más se le ha criticado a la plantilla fue la de no tener un fondo de armario de garantías. Sobre todo en la sala de máquinas, la zona del campo más importante del equipo y a la que por regla general se le acababa la gasolina a la hora de partido. El tener en el banquillo a un recambio de garantías, que pueda asumir la responsabilidad de organizar juego y que además tenga incidencia ofensiva es un lujo que el equipo no dispuso esta campaña. Porque no hay que olvidar que no todos los fichajes tienen por qué ser titulares indiscutibles. Elevar la competencia de la plantilla y el tener jugadores capaces de desatascar partidos sin salir de inicio son elementos imprescindibles para que un proyecto pueda asentarse en la élite.

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