Llámele democracia, llámele X
Empiezo a creer que aquí la única singularidad es eso que llaman el pueblo español travestido de don Tancredo. O de Rajoy: menudo lío meterse ahí, deja, deja. Advierto que, como les pasará a muchos de ustedes, no sé muy bien de qué se habla, o, mejor dicho, de qué hablo cuando junto estas dos palabras, pueblo y español. Ya saben que aquí hay vocablos como estado, país, territorio o nación que, al igual que el caballo en el ajedrez, se mueven y estiran a voluntad de quien manda en el tablero. Singular es el pueblo, o la ciudadanía, dicen ahora aquellos a los que les arde la len ...