Dos turistas la emprenden a mordiscos con los guardias civiles cuando iban a desalojarlas de un avión en Las Palmas
En otro incidente, en Lanzarote, un marido que pegaba a su mujer se lio a golpes con los agentes que acudieron a auxiliarla
Una agresión cometida en el ámbito de violencia de género en Costa Teguise (Lanzarote) que se ha saldado con dos agentes de la Guardia Civil heridos que acudieron a un hotel de la zona tras la llamada de una mujer inglesa que sufría un ataque por parte de su pareja. "Fue precisamente este individuo el que al ver a su mujer con los agentes comenzó a insultarla y a propinar puñetazos en la cara, cabeza y nariz a los agentes, llegó a intentar meter los dedos en los ojos de uno de ellos", informa AEGC.
La segunda de las agresiones sufridas por guardias civiles este fin de semana se registró en San Bartolomé, en el aeropuerto Cesar Manrique, cuando dos turistas en estado de embriaguez se negaron a desalojar el avión. "Ante la llegada de una patrulla de la Guardia Civil, las dos mujeres no despusieron su actitud, especialmente una de ellas que les agredió, mordiéndoles, arañándoles y propinándoles patadas", agrega.
"Desde AEGC llevamos años reclamando que se nos forme y se nos dote de unos medios muy específicos: pistolas eléctricas paralizantes. Una herramienta de trabajo esencial, que tenemos en muy escasas cantidades, no sólo para garantizar la seguridad de los guardias civiles, sino también para poder actuar con proporcionalidad ante las continuas agresiones que sufrimos.
Y que nuestra profesión sea de riesgo. ¿En qué cabeza cabe que consumido casi un cuarto del siglo XXI los guardias civiles, que hemos sufrido duramente el golpe del terrorismo, tengamos que seguir reclamando ser profesión de riesgo? Esta reticencia por parte del Ejecutivo, y más concretamente del inquilino del Ministerio del Interior, es una muestra más de la indiferencia que siente este gobierno por todos los que formamos parte de la Guardia Civil. Indiferencia que se traduce en la falta de medios y el poco interés que parecen tener por nuestra integridad. Si esta actitud la tuviera hacia sus trabajadores una empresa privada el ministerio de Trabajo ya habría tomado medidas para que se garantizase el cumplimiento de la Ley de Riesgos Laborales, pero como se trata de funcionarios, de los últimos funcionarios del escalafón, su seguridad carece de interés, hasta para el propio Director General".