'Giraldilla, la veleta de Sevilla' triunfó anoche en su estreno
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Anoche el Cartuja Center de Sevilla acogió sobre su escenario el estreno de la obra 'Giraldilla. La Veleta de Sevilla', firmada por los renombrados humoristas Manu Sánchez y Julio Muñoz, conocido como Rancio, que logró lo impensable al vender todas sus entradas en menos de 24 horas desde su anuncio. Una comedia que sumergió al público en un viaje lleno de humor, sátira e ironía , explorando las virtudes y defectos de la capital hispalense a través de los ojos de la emblemática figura que corona la Giralda. Esta estatua, testigo mudo de la historia de Sevilla, finalmente rompió su silencio para hablar, cantar, reír, y compartir con el público sus más profundas emociones y reflexiones. La obra resultó ser un viaje teatral único, combinando momentos hilarantes con otros de profunda emotividad. A través de la Giraldilla, la audiencia tuvo la oportunidad de reflexionar sobre la esencia de Sevilla, una ciudad rica en contrastes y matices. La Giraldilla, con su túnica y palma en una mano y escudo guerrero en la otra, simbolizó la dualidad de una ciudad llena de pasión, contradicciones y carácter. El espectáculo destacó no solo por su temática y enfoque, sino también por la unión inédita de Manu Sánchez y Julio Muñoz en la creación y actuación de la obra. Esta colaboración generó una gran expectativa, y no fue para menos. Sánchez, quien encarnó a la Giraldilla, y Muñoz, cuyo papel sobre el escenario fue algo más secundario, añadió una capa extra de humor y humanidad, ofrecieron una interpretación llena de carisma y talento. Destacó su habilidad para abordar personajes y temas tan dispares como el postureo sevillano, las incontables procesiones extraordinarias, la gastronomía contemporánea, la ausencia de la esencia sevillana, e incluso «la calor». Nada como Sevilla La trama principal giró en torno a una propuesta de cambio de residencia para la Giraldilla, que permitía a la veleta intercambiarse por otros monumentos de cualquier parte del mundo si ambas partes estaban dispuestas. Recibió propuestas desde la Cibeles de Madrid, el monumento a Colón de Barcelona, o el Cristo Redentor de Río de Janeiro. Sin embargo, ninguna de estas ofertas tenía el encanto de Sevilla . Tan solo la llamada de la Estatua de la Libertad de Nueva York la convenció momentáneamente del cambio, una idea que fue rápidamente descartada gracias a un personaje muy sevillano: Curro, la mascota de la Expo 92, que dejó claro que al mundo hay que ir, pero de Sevilla no hay que irse. No es solo una comedia; es una celebración de la sevillanía, retratada con perspicacia y mucho arte. Con su enfoque único y la unión de dos maestros del humor, este espectáculo ofreció una experiencia muy divertida que invita a reflexionar sobre el valor de la ciudad desde una perspectiva singular y emotiva . Para quienes no pudieron asistir a la función inaugural, aún tienen la oportunidad de disfrutar de esta obra del 20 al 23 de junio.