Más presupuesto para la corbeta multipropósito de largo alcance que quiere la Armada
El nuevo lote de proyectos militares financiados por el Fondo Europeo de Defensa (FED) incluye una iniciativa naval especialmente cuantiosa. La Comisión Europea prevé una contribución máxima de 154,5 millones de euros para la EPC2, siglas en inglés de Corbeta de Patrulla Europea 2, con un coste total estimado superior a los 288 millones de euros.
Este proyecto es la continuación del primer proyecto EPC, financiado por la convocatoria de 2021 del FED con 60 millones de euros. Aquella fase inicial, estimada en un total de 65,8 millones de euros, contemplaba el diseño preliminar de un buque que, entre otros, pretende adquirir la Armada española. En esa primera fase participaron compañías de Italia, Grecia, Dinamarca, Francia, España y Noruega.
En la nueva fase (EPC2) participan Italia, a través de Naviris (una empresa conjunta de Fincantieri y Naval Group), y Fincantieri; Grecia, con Hydrus Anotati Synektiki Michaniki Etaireia Symvoulon Anonymi Etaireia; Francia, con Naval Group; y España, con Navantia.
El objetivo del EPC2 es lograr un diseño certificado de un buque innovador, modular, flexible, interoperable, ecológico y polivalente, que permita a las armadas europeas enfrentar los retos del siglo XXI, según la información proporcionada por la Comisión Europea.
El EPC2, a partir del diseño inicial financiado en 2021, alcanzará un diseño certificado y producirá un prototipo de plataforma para cada una de las dos versiones consideradas:
- Corbeta multipropósito de combate completo
- Corbeta multipropósito de largo alcance
El nuevo proyecto aprovechará la integración de soluciones, tecnologías y sistemas innovadores para mejorar la eficiencia y capacidades del buque en el mar. Dos prototipos serán probados en el puerto y se desarrollará una instalación de prueba en tierra para calificar sistemas y bloques tecnológicos.
En total, los fondos europeos de defensa han previsto una contribución máxima de 214,5 millones de euros en los dos proyectos de la corbeta europea (EPC y EPC2), alcanzando una financiación conjunta estimada en más de 354 millones de euros. Estos proyectos están vinculados con la iniciativa de la herramienta europea de Cooperación Estructurada Permanente (Pesco), adoptada en noviembre de 2019 con España, Italia, Francia y Grecia como socios.
El proyecto de la corbeta europea comenzó en octubre pasado con la firma en Roma de los documentos contractuales del proyecto MMPC (corbeta de patrulla modular y multipropósito) por parte de Naviris, Fincantieri, Naval Group y Navantia, junto con otros beneficiarios de Grecia, Dinamarca y Noruega. La UE se comprometió a financiar la primera fase con 60 millones de euros a través del FED, a los que los estados implicados añadieron 27 millones de euros, alcanzando un total de 87 millones de euros.
Sumando los 288,28 millones del nuevo proyecto EPC2, la inversión total prevista para el desarrollo de la corbeta europea asciende a casi 375,3 millones de euros.
La futura corbeta de patrulla europea será un barco de unos 100 metros de eslora, cinco de calado y 3.500 toneladas.
La Armada española planea adquirir seis unidades de la variante multipropósito de largo alcance, que entrarán en servicio a partir de 2030, sustituyendo a los patrulleros de la clase Serviola. Estos barcos serán denominados Buques de Protección Marítima (BPM).
La versión multipropósito de largo alcance, también de interés para Francia (Italia prefiere la variante de combate completo), se caracterizará por una gran autonomía de hasta 45 días y 8.000 millas náuticas, adecuada para misiones de larga duración en zonas alejadas del territorio nacional, como las operaciones de seguridad marítima en el Golfo de Guinea o la lucha contra la piratería en el Índico.
Con una tripulación de alrededor de 100 marineros, el barco contará con una cubierta de vuelo y hangar para un helicóptero ligero o medio, y podrá operar con sistemas aéreos no tripulados de ala fija o rotatoria. La planta propulsora constará de dos motores eléctricos y dos diésel, permitiendo una velocidad máxima de más de 24 nudos y sostenida de 14 nudos.
Estas corbetas estarán equipadas con sistemas de armas y sensores que proporcionarán capacidades de supervivencia y autodefensa frente a amenazas en superficie, aéreas y submarinas, e incorporarán tecnologías para enfrentar la guerra híbrida o las armas de ataque autónomas, conocidas como loitering munition.