Más puño que rosa
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Es desolador comprobar cómo políticos que otrora fueron ejemplares en la defensa de la institucionalidad han terminado siendo fagocitados por la hidra sectaria del sanchismo. Le pasó a Juan Espadas, que siempre supo dar su sitio a los adversarios como alcalde de Sevilla y hace apenas unos días ha consumado su ocaso anunciando la apertura de expediente a su compañero Javier Lambán. Este PSOE devastado por el cesarismo de su líder retrata a los vasallos frente a los militantes. Como dice el martinete, «desgraciaíto el que come / el pan de manita ajena: / siempre mirando a la cara / si la pone mala o güena». Y tal vez eso sea lo peor: que este entreguismo nos deja la duda... Ver Más