Esta es la actividad física que te puede ayudar a tomar mejores decisiones y mantener en buen estado la memoria, según la neurociencia
La neurociencia sigue desentrañando los misterios del cerebro humano, y esta vez nos trae una revelación fascinante: la relación entre la actividad física y nuestra capacidad para tomar decisiones y preservar la memoria.
Especialistas científicos afirman que una actividad particular puede tener un impacto significativo en nuestro cerebro, por medio del movimiento corporal, y fortalecer nuestra memoria.
La actividad física que te ayuda a mantener tu memoria, según la neurociencia
La danza es una herramienta multifacética para potenciar nuestras capacidades mentales y emocionales.
En un diálogo entre la neurocientífica Nazareth Castellanos y la bailarina Gise Schwartz, en el canal de Youtube de la especialista, @nazarethcastellanos548, emerge una perspectiva reveladora sobre el impacto del movimiento corporal en nuestro desarrollo integral.
En esa charla, ambas coincidieron en que bailar permite disfrutar del espacio personal y de su propio cuerpo, permitiendo disfrutar y entender de las emociones que genera la danza, principalmente, para el cerebro.
Desde una mirada psicológica, la doctora en psicología Nerea Palomares nos introduce en la complejidad de la danza como actividad física, destacando su involucramiento de múltiples regiones cerebrales, según reveló el portal de Telva.
La investigación respalda la idea de que bailar fortalece la conexión entre las regiones sensoriales y motoras del cerebro y facilita la comunicación entre diferentes áreas cerebrales, lo que promueve una mayor sincronización neuronal tanto a nivel intracerebral como intercerebral.
Este proceso tiene un impacto significativo en diversas funciones cognitivas:
- La planificación
- La toma de decisiones
- El aprendizaje
- La atención e imaginación
- la resolución de problemas
- La memoria a corto y largo plazo
Asimismo, la activación de la ínsula durante la práctica de la danza sugiere un componente social profundo, donde se cultivan la empatía y se fortalecen los lazos interpersonales.
Bailar: más que un arte, una fuente de bienestar integral
Desde tiempos inmemoriales, la danza ha sido una compañera inseparable del ser humano. En palabras de la psicóloga, esta práctica se revela como un recurso invaluable que abarca múltiples dimensiones de nuestro bienestar.
La danza se erige como una poderosa herramienta para expresar emociones que a veces nos resulta difícil poner en palabras.
Más allá de ser una actividad recreativa, el baile es un ejercicio físico sumamente divertido. Durante la práctica, nuestro cuerpo libera serotonina y endorfinas, neurotransmisores que nos brindan sensaciones de felicidad y bienestar. Además, reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, contribuyendo así a nuestro equilibrio emocional.
El baile no solo es una forma de diversión, sino también una actividad que beneficia nuestro sistema cardiovascular y músculo esquelético.
Bailar nos invita a conectar con nuestro cuerpo de una manera única. A través del movimiento, no solo fortalecemos nuestra autoimagen, sino que también exploramos y comprendemos nuestras emociones de una manera más profunda.
La danza como impulso para la mente y el cuerpo
La danza, mucho más que un simple ejercicio físico, se revela como un potente estimulante para nuestras capacidades cognitivas y emocionales.
Al mover nuestro cuerpo al ritmo de la música, no solo fortalecemos nuestra musculatura, sino que también activamos áreas clave de nuestro cerebro, mejorando así nuestra salud integral.
Bailar moviliza áreas cerebrales relacionadas con el movimiento, la coordinación y la planificación, lo que contribuye significativamente a mejorar nuestras capacidades cognitivas.
Numerosos estudios respaldan la influencia positiva de la danza en el estado de ánimo y la reducción de la ansiedad y la depresión.
Se ha evidenciado que la práctica del baile favorece la diversidad y riqueza de la microbiota intestinal, fortaleciendo así la conexión entre el sistema inmune, endocrino y neuronal.
La danza, inseparable de la música, nos permite disfrutar de los beneficios adicionales que esta conlleva. La música tiene el poder de evocar emociones, recuerdos y estados de ánimo, involucrando múltiples partes del cerebro y enriqueciendo así nuestra experiencia.