Elena Vázquez, Premio de Divulgación Científica 2024: «La divulgación es como una droga»
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Un reconocimiento a la divulgación y a las mujeres. Así se refiere Elena Vázquez Abal (Pontevedra, 1960) al Premio de Divulgación Científica 2024 que la Real Academia Galega das Ciencias le ha concedido «por unanimidad», por su labor en este ámbito desde hace más de 15 años. Catedrática de la Universidad de Santiago en el área de Geometría y Topología de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y actual presidenta del Comité de Diversidad de la Unión Matemática Internacional, esta pontevedresa recibe con «orgullo» el galardón, si bien también lo aprovecha para recordar que en el sector aún quedan muchas metas por conseguir. Tal y como explica Vázquez a ABC, la divulgación forma parte de su vida desde el año 2008, llevando ya más de década y media acercando la ciencia a todos los ámbitos y en todos los niveles, desde los bares hasta los colegios . «Dentro de lo que cabe también somos profesores, somos gente que está en las universidades» y «tenemos que devolverle a la sociedad la oportunidad que nos dan de estar aquí», explica sobre la importancia de la divulgación. «Investigar está muy bien, pero si después la gente no entra en la ciencia no tiene sentido», asegura. Las acciones que lleva a cabo en este ámbito son muchas y muy variadas, con exposiciones, talleres, conferencias o concursos, además de con actividades para profesores y alumnos de Secundaria. Además, participó en publicaciones de divulgación y obras colectivas como 'Escapando de las matemáticas', 'Una nueva forma de vivir las Matemáticas', 'Igualdad de género en el ámbito de las Matemáticas' o 'Situación actual de las mujeres matemáticas españolas en el ámbito de la docencia y la investigación universitaria', entre otras. Para esta catedrática de la USC divulgar es, se aventura a decir, como una «droga», «dopamina pura». «Está claro que no les vas a contar lo que estás investigando, pero sí puedes contarles algunas cosas para que las entiendan», asegura, y de paso hacerles ver que «los científicos y las científicas son personas» y no «dioses subidos a un altar». Pone como ejemplo una anécdota que vivió en un colegio en Narón, donde los niños y niñas de cuarto de Primaria llegaron a pedirle autógrafos al explicarles que era una científica, siendo ella, además, mujer. «Es un placer que los jóvenes sepan que ellos también pueden serlo», indica. Noticias Relacionadas estandar No Nace el foro Fieito, «un paso a favor del desarrollo industrial sostenible» Noela Vázquez reportaje No La balneoterapia, una fuente de salud en la que Galicia es líder Noela Vázquez Además, Vázquez –que fue miembro y presidenta de la Comisión de Mujeres y Matemáticas de la Real Sociedad Matemática Española– también se dedica a divulgar sobre la realidad actual de la mujer en las universidades y en el mundo de la investigación. Una situación que sí que ha «avanzado» desde que empezó en el mundo de las matemáticas, pero «no lo suficiente». Aunque a veces las mujeres sean mayoría en las aulas, explica, «se 'pierden' al acabar la graduación» y las que se dedican a la investigación o las que hacen la tesis «son mínimas»; a lo que se suma que, después, las que escalan de posición, ocupando cargos importantes, como rectoras, o siendo catedráticas, «siguen siendo muy pocas». Una cuestión que, en parte, achaca a la falta de referentes, tanto en las ciencias como en otras disciplinas, como la pintura o las letras, y que se combate «visibilizando», mostrando «ejemplos» de mujeres en estos sectores, más allá de los ya archiconocidos, como Marie Curie. Actualmente, además, es presidenta del Comité de Diversidad de la Unión Matemática Internacional, otro ámbito en el que «todavía queda muchísimo por hacer», explica como persona con problemas de movilidad derivados de la esclerosis múltiple con la que fue diagnosticada en su época de estudiante. Desde este organismo promueven pautas y recomendaciones para hacer más inclusivo el ámbito de las matemáticas, sobre todo en los congresos, procurando que sean más accesibles para todo tipo de personas, independientemente de sus capacidades físicas, del idioma que hablan, sus recursos económicos o los de su universidad o del colectivo al que pertenezcan. Es, en definitiva, el vivo ejemplo de ' pavimentar el camino para los que vienen después ' aunque, repite, para terminar «aún falta mucho».