Protocolos
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Un día vas y te mueres. Es una obviedad, una perogrullada pero hemos llegado a un estadio en el que ni eso se puede hacer sin polémica. Poco importa de qué, cómo o cuándo. La cuestión después del óbito siempre es que los protocolos han fallado. Ya no ha lugar a la espontaneidad de la muerte en estado puro, de la fatalidad, del accidente, del «llegó su hora». Las muertes ahora tienen prólogo y no es la vida. Los muertos son héroes y heroínas cargados de motivos y argumentos para que irse al otro barrio sea poco menos que un ultraje. Nos vamos muriendo valientes, buenos, extraordinarios y cuando, por fin, llega la hora alguien encuentra un fallo en el... Ver Más