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Май
2024

El físico español que quiere sacar agua potable de la Luna

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Abc.es 
Durante mucho tiempo, la Luna ha sido considerada un mundo completamente árido. Las muestras recogidas por las misiones Apolo parecían indicar que solo estaba compuesta por polvo y roca. Sin embargo, el impacto controlado de una sonda de la NASA llamada LCROSS en un cráter en sombra del polo sur lunar en 2009 cambió por completo lo que se creía saber al respecto. Los científicos encontraron vapor de agua y hielo en la nube de materiales levantada por el golpe: 155 kilos, según publicaba un año más tarde la revista 'Science'. Hallazgos posteriores mostraron que el agua estaba aún más extendida de lo que se creía, pero la confirmación «inequívoca» de su presencia llegó en 2020. Entonces, un observatorio de la agencia espacial estadounidense la detectó de forma directa y señaló la existencia de grandes áreas en los polos lunares en las que podría estar atrapada de forma estable. Ese descubrimiento supuso una gran noticia para la exploración del espacio, ya que el recurso podría ser recuperado por los futuros astronautas para abastecerse. Congelada en los polos Eso es lo que intenta hacer el joven físico Mateo Rejón (Granada, 1999), máster en Ingeniería Espacial por la Universidad de Delft (Alemania) y becario de posgrado de la Fundación 'la Caixa'. Con la experiencia de haber pasado por la Agencia Espacial Europea (ESA) para saber cómo usar el regolito (la arena lunar) para hacer ladrillos y construir hábitats en la Luna, ahora forma parte de LUWEX , un proyecto pionero para extraer agua del suelo lunar cuyas pruebas acaban de arrancar en la Universidad Técnica de Brunswick, en Baja Sajonia. Noticia Relacionada estandar No No es un asteroide, ¡es un trozo de Luna! José Manuel Nieves Se llama 469219 Kamo'oalewa, y ahora los científicos han averiguado cómo pudo llegar a convertirse en un 'cuasi satélite' de la Tierra Financiado por la Unión Europea y bajo la dirección del Centro Aeroespacial Alemán, el experimento no solo pretende sacar el líquido elemento del regolito helado, sino también purificarlo para suministrar combustible para cohetes y agua potable para los colonos de una futura estación lunar. «Hay mucha agua en la Luna, más de lo que uno podría esperar. Y se encuentra congelada en los polos. Como no hay atmósfera, si le da el sol se evapora y se pierde en el vacío del espacio. Por eso, es necesario ir a buscarla a la zona nunca iluminada, los cráteres que están permanentemente en la sombra», explica Rejón a este periódico. El experimento simula las condiciones que existen en la Luna. Un recipiente contiene un material similar al regolito, con su parte de agua congelada. Ese material se calienta con unas varas de acero que rotan de forma parecida «a cuando se remueve un pisto en una sartén». Al calentarse, el agua se sublima. «Es el mismo proceso que se usa para extraer sal del agua del mar. El agua se evapora y te quedas con la sal. Pero nosotros estamos interesados no en lo que se queda sino en lo que se evapora, que es el agua», puntualiza el investigador. El agua recorre un camino hasta una trampa fría donde se vuelve a congelar y se deposita de nuevo en unos dedos de cobre. Ahí, separada del regolito, ya es mucho más pura. «El agua debe ser filtrada lo máximo posible para evitar las partículas más finas del regolito, cuyo efecto en la salud desconocemos. En la Luna también hay metano atrapado, que tanto respirado como bebido es muy perjudicial. Supone un reto eliminarlo», reconoce Rejón. Cuatro litros en unas horas Los científicos creen que entre un 5 y un 20 por ciento de cada kilogramo de regolito es agua. «Queremos sacar el máximo de agua posible, como mínimo un 75%. Por cada diez kilos de mezcla, cuatro kilos de agua», indica el físico. Se logrará en cuestión de horas. La ventaja es que no hace falta sacar mucha. En la Luna el agua obtenida se reciclaría y se volvería a utilizar. Hay muy pocos proyectos en el mundo que se parezcan a LUWEX, que cuenta con un presupuesto de 1,5 millones de euros. Si tiene éxito y la comunidad espacial muestra interés, se desarrollará la miniaturización de la tecnología para poder llevarla como carga útil a bordo de una nave espacial. Una vez en la Luna, tendrá que demostrar que funciona. Como comenta Rejón, «llevar agua de la Tierra a la Luna para abastecer a una colonia supone un coste medioambiental y económico enorme. Por eso, el objetivo es utilizar los recursos lunares». Pero no solo para paliar las necesidades de los que se establezcan allí. Nuestro satélite natural «se entiende ahora como una tienda y una gasolinera, un lugar donde puedes hacer una parada para repostar o abastecerte antes de continuar tu viaje a otros mundos, ya sea Marte o más allá -comenta-, un punto intermedio para que las misiones sean capaces de ir más lejos». MÁS INFORMACIÓN noticia No Pablo Álvarez: «Nos metieron en un lago y tuvimos que sobrevivir a diez grados bajo cero» noticia Si Meteoritos en la Antártida: el otro 'tesoro perdido' por culpa del calentamiento global Como ocurre con otras tecnologías espaciales, esta también podría ser útil aquí en la Tierra. Según el físico, el dispositivo que están empleando para purificar el agua podría emplearse en zonas de gran sequía o para mejorar la potabilidad en lugares con pocos recursos.