Después de 11 años Dishonored sigue siendo una de las mejores aventuras de acción en primera persona
El juego de Arkane sigue siendo una de las mejores aventuras de acción y sigilo que podemos disfrutar dentro de los simuladores inmersivos. Recordamos las virtudes de esta obra maestra.
No nos pilló de sorpresa porque llevábamos un año viéndolo en presentaciones dentro de ferias como la gamescom y el E3, y desde la primera vez que lo vimos os contamos que el juego tenía una pinta estupenda, pero aun así, cuando se lanzó en octubre de 2012, fue capaz de superar las enormes expectativas a su alrededor, y convertirse en una de las mejores aventuras de acción en primera persona que se habían hecho nunca, y pensamos que casi 12 años después de su lanzamiento lo sigue siendo. Hablamos de Dishonored, el juegazo del estudio francés Arkane Studios, que hoy es un día perfecto día, como otro cualquiera, para volver a recordar y reivindicar.
Aunque no es una etiqueta que se haya popularizado entre el gran público, al hablar de immersive sim o simuladores inmersivos nos referimos a ese tipo de aventuras en primera persona que dan mucha libertad al jugador para jugar como quiera, pudiendo resolver las situaciones de diferentes maneras, en este caso ya sea con el sigilo o la acción directa, con un diseño de niveles intrincado que ofrece múltiples rutas y posibilidades.
Esa escuela de títulos como System Shock (1994), Thief: The Dark Project (1998) o Deus Ex (2000), de la que Dishonored es un más que digno heredero. Tanto es así que junto a Raphaël Colantonio, uno de los fundadores de Arkane, Harvey Smith fue el codirector del juego, quien había sido diseñador jefe de Deus Ex y director de su secuela, Deus Ex: Invisible War (2003), lo que explica muchas cosas.
Vídeo:
Dishonored nos pone en la piel de Corvo Attano, el protector de la emperatriz de Dunwall, una ciudad con una atractiva ambientación que combina elementos del Londres del siglo XVII con tecnología futurista, al estilo steampunk, un sobresaliente trabajo artístico a cargo de Viktor Antonov, el director de arte de Half-Life 2 (2004). La historia arranca con el asesinato de la emperatriz, del cual Corvo es falsamente acusado, dando inicio a una trama de venganza y conspiración mientras intentamos salvar a Emily Kaldwin, la hija de la emperatriz que ha sido secuestrada.
Con este interesante punto de partida comienza una aventura que nos permite resolver las situaciones con acción directa o sigilo, siendo esto segundo mucho más interesante, pudiendo aprovechar el soberbio diseño de niveles de muchas maneras, en unos escenarios amplios, que no enormes, pero repletoS de distintas rutas, caminos alternativos y posibilidades.
Cada vez que sorprendemos a los enemigos por la espalda podemos optar por noquearlos o asesinarlos, y esta elección afecta directamente el mundo del juego, modificando la narrativa y las interacciones dentro de la ciudad, en un sistema conocido como nivel de caos. Este sistema mide las acciones violentas del jugador, alterando la reacción del mundo y la dificultad de las misiones; cuanto más elevado sea el nivel de caos habrá un mayor número de enemigos y ratas, y se producirán distintas escenas y conversaciones.
En unos combates que cumplen sin más y que los mayores aficionados de los simuladores inmersivos seguro que evitaron a toda costa, en los que podemos usar armas como pistolas, ballestas o cuchillos, el elemento más interesante del gameplay y que ya definitivamente hace que sea un juego sobresaliente son los poderes sobrenaturales, que vamos desbloqueando poco a poco, empezando por el icónico guiño, con el que podemos teletransportarnos a unos metros de distancia, y que usaremos incansablemente a lo largo de la aventura, siendo toda una gozada
Otros nos permite ver a los seres vivos a través de las paredes, otro ralentizar el tiempo, uno de los más divertidos nos permite invocar a un grupo de ratas para que ataque y se coma a los enemigos, y uno de los más versátiles, posesión, nos permite meternos en el cuerpo de animales como ratas o peces, y así acceder a lugares que de otra manera sería imposible. Todas estas habilidades, junto al genial diseño de escenarios y de misiones, que nos permite resolverlas de varias maneras, y la sensacional ambientación, hacen que Dishonored sea un juego excepcional, de esas pocas obras que rozan la perfección.
El juego fue un enorme éxito de crítica y público y tuvo continuidad, primero con Dishonored 2 (2016), un más y mejor de lo mismo que perdió el factor sorpresa del primero, aunque evidentemente es un juego sobresaliente, y una interesante continuación que bien podría haber sido una expansión pero que se lanzó como un juego independiente, Dishonored: Death of the Outsider (2017). Recomendamos jugarlos todos, y si aún así os habéis quedado con ganas, también está Prey (2017), un brutal simulador inmersivo de ciencia ficción que siempre debemos reivindicar, y Deathloop (2021), que si bien se aleja un poco de estos títulos, está más enfocado en la acción, sigue teniendo gran parte de su ADN.
De momento no parece que Arkane y Bethesda vayan a recuperar la saga Dishonored, pero nunca se sabe. En cualquier caso, a pesar de que han pasado más de 11 años de su lanzamiento, creemos que sigue siendo un auténtico juegazo como el primer día, un clásico al que siempre es un placer volver, y más si tenemos en cuenta que no se lanzan muchos juegos de ese estilo actualmente. ¿Qué recuerdo tenéis vosotros del primer Dishonored? Dejadnos vuestra opinión en los comentarios.
No nos pilló de sorpresa porque llevábamos un año viéndolo en presentaciones dentro de ferias como la gamescom y el E3, y desde la primera vez que lo vimos os contamos que el juego tenía una pinta estupenda, pero aun así, cuando se lanzó en octubre de 2012, fue capaz de superar las enormes expectativas a su alrededor, y convertirse en una de las mejores aventuras de acción en primera persona que se habían hecho nunca, y pensamos que casi 12 años después de su lanzamiento lo sigue siendo. Hablamos de Dishonored, el juegazo del estudio francés Arkane Studios, que hoy es un día perfecto día, como otro cualquiera, para volver a recordar y reivindicar.
El simulador inmersivo perfecto
Aunque no es una etiqueta que se haya popularizado entre el gran público, al hablar de immersive sim o simuladores inmersivos nos referimos a ese tipo de aventuras en primera persona que dan mucha libertad al jugador para jugar como quiera, pudiendo resolver las situaciones de diferentes maneras, en este caso ya sea con el sigilo o la acción directa, con un diseño de niveles intrincado que ofrece múltiples rutas y posibilidades.
Esa escuela de títulos como System Shock (1994), Thief: The Dark Project (1998) o Deus Ex (2000), de la que Dishonored es un más que digno heredero. Tanto es así que junto a Raphaël Colantonio, uno de los fundadores de Arkane, Harvey Smith fue el codirector del juego, quien había sido diseñador jefe de Deus Ex y director de su secuela, Deus Ex: Invisible War (2003), lo que explica muchas cosas.
Vídeo:
Dishonored nos pone en la piel de Corvo Attano, el protector de la emperatriz de Dunwall, una ciudad con una atractiva ambientación que combina elementos del Londres del siglo XVII con tecnología futurista, al estilo steampunk, un sobresaliente trabajo artístico a cargo de Viktor Antonov, el director de arte de Half-Life 2 (2004). La historia arranca con el asesinato de la emperatriz, del cual Corvo es falsamente acusado, dando inicio a una trama de venganza y conspiración mientras intentamos salvar a Emily Kaldwin, la hija de la emperatriz que ha sido secuestrada.
Con este interesante punto de partida comienza una aventura que nos permite resolver las situaciones con acción directa o sigilo, siendo esto segundo mucho más interesante, pudiendo aprovechar el soberbio diseño de niveles de muchas maneras, en unos escenarios amplios, que no enormes, pero repletoS de distintas rutas, caminos alternativos y posibilidades.
Cada vez que sorprendemos a los enemigos por la espalda podemos optar por noquearlos o asesinarlos, y esta elección afecta directamente el mundo del juego, modificando la narrativa y las interacciones dentro de la ciudad, en un sistema conocido como nivel de caos. Este sistema mide las acciones violentas del jugador, alterando la reacción del mundo y la dificultad de las misiones; cuanto más elevado sea el nivel de caos habrá un mayor número de enemigos y ratas, y se producirán distintas escenas y conversaciones.
En unos combates que cumplen sin más y que los mayores aficionados de los simuladores inmersivos seguro que evitaron a toda costa, en los que podemos usar armas como pistolas, ballestas o cuchillos, el elemento más interesante del gameplay y que ya definitivamente hace que sea un juego sobresaliente son los poderes sobrenaturales, que vamos desbloqueando poco a poco, empezando por el icónico guiño, con el que podemos teletransportarnos a unos metros de distancia, y que usaremos incansablemente a lo largo de la aventura, siendo toda una gozada
Otros nos permite ver a los seres vivos a través de las paredes, otro ralentizar el tiempo, uno de los más divertidos nos permite invocar a un grupo de ratas para que ataque y se coma a los enemigos, y uno de los más versátiles, posesión, nos permite meternos en el cuerpo de animales como ratas o peces, y así acceder a lugares que de otra manera sería imposible. Todas estas habilidades, junto al genial diseño de escenarios y de misiones, que nos permite resolverlas de varias maneras, y la sensacional ambientación, hacen que Dishonored sea un juego excepcional, de esas pocas obras que rozan la perfección.
La continuidad de la saga
El juego fue un enorme éxito de crítica y público y tuvo continuidad, primero con Dishonored 2 (2016), un más y mejor de lo mismo que perdió el factor sorpresa del primero, aunque evidentemente es un juego sobresaliente, y una interesante continuación que bien podría haber sido una expansión pero que se lanzó como un juego independiente, Dishonored: Death of the Outsider (2017). Recomendamos jugarlos todos, y si aún así os habéis quedado con ganas, también está Prey (2017), un brutal simulador inmersivo de ciencia ficción que siempre debemos reivindicar, y Deathloop (2021), que si bien se aleja un poco de estos títulos, está más enfocado en la acción, sigue teniendo gran parte de su ADN.
De momento no parece que Arkane y Bethesda vayan a recuperar la saga Dishonored, pero nunca se sabe. En cualquier caso, a pesar de que han pasado más de 11 años de su lanzamiento, creemos que sigue siendo un auténtico juegazo como el primer día, un clásico al que siempre es un placer volver, y más si tenemos en cuenta que no se lanzan muchos juegos de ese estilo actualmente. ¿Qué recuerdo tenéis vosotros del primer Dishonored? Dejadnos vuestra opinión en los comentarios.