El valor de una pringá
Pasó la festividad de San Martín y los cerdos que la sobrevivieron respiran aliviados. Como los inmortales de Borges, seguirán solazándose engullendo bellotas bajo la encina y el retozando en el charco... de momento. Ya vendrá otro San Martín con la guadaña para dar la hora del big-bang porcino; la del estallido final que esparcirá sus carnes serranas por lugares tales como museos del jamón, papelones de chacinas variadas, solomillos al whisky en Casa Pepe, salchichas del súper, tómbolas de feria o montaítos de pringá. Читать дальше...
