Hay que reconocerle a Laporta la valentía que siempre ha mostrado contra la facción a veces criminal, a veces delictiva y siempre peligrosa de la afición del Barça. En 2003 fue pionero en La Liga contra los violentos y acabó con los Boixos Nois y casi le cuesta la vida. Ayer tuvo el valor, personal y cívico, de cerrar la llamada «Grada d'Animació» , que no es más que un grupúsculo de aficionados con privilegios que no todos individualmente, pero sí de manera colectiva, avergüenzan al club con cánticos y actitudes completamente fuera de lugar. Читать дальше...