En un maletero caben la compra del Mercadona, unas botas de senderismo, quizá las raquetas de pádel y la bolsa de deporte con olor a rancio porque, maldita sea mi estampa, otra vez me olvidé de subirla a casa. En un maletero se metió Puigdemont y huyó, llevándose Cataluña, la suya, con él. Ahí os quedáis, para vosotros la mística del 'poble' perseguido, yo me voy a hacer las Europas. Dejó a los suyos, que entonces eran más que ahora, con cara de trena y también un poco de bobos. - Oriol, amic, vinga... Читать дальше...