Hace unos días presencié un evento singular. En la plaza de Ópera, frente por frente del desaparecido Real Cinema, aquel donde Ortega, en 1931, había instado la rectificación de la República, unas cien abuelitas daban botes al compás de 'Sólo se vive una vez', la canción gitana de Azúcar Moreno. Me divirtió pensar que esa fiesta era en realidad una manifestación, y que las abuelas sandungueras estaban reivindicando sus pensiones amenazadas. «¡Que me quiten lo bailado!», estarían intimando los rostros... Читать дальше...