Si usted, estimado leyente, vivía en el año 92, recordará a grandes rasgos la inauguración de los Juegos de Barcelona y la muy solvente ceremonia que se dispuso en aquél estadio recuperado a la memoria de la ciudad . Entre los escombros de aquella sede del 29, Montjuic, recuerdo yo haberme examinado del carné de conducir, allá por el 75. Era una ruina señorial sin habilitación ninguna, pero las buenas manos de los gestores de todo el evento convirtieron aquellos restos en un bellísimo estadio olímpico. Читать дальше...