Figuras por una noche
CAMBIAR la fonda, el polideportivo o el cuartillo municipal por un hotel de cinco estrellas. Comer a la carta, esta vez sin tuppers ni neveras. El mozo de espadas que no acierta a encajar el vestido prestado para la ocasión. La furgoneta que te recoge en la puerta del Vincci o del Colón. Los tres minutos de trayecto que parecen eternos. Los amigos que se cruzan cargados de avíos y la duda existencial que despierta en ese momento: «¿Qué hago yo aquí y no allí?». La puerta corredera que se abre y la familia que en Antonia Díaz te espera. Читать дальше...