Visten togas, se calan birretes y airean graciosamente sus puñetas. Son jueces y fiscales que han decidido, ante dios y ante sí mismos, imponer su santa voluntad al resto de los españoles, que a ellos qué les importa lo que diga el Parlamento, elegido en libertad por todos los ciudadanos. Llevan incorporada la legitimidad absoluta al vestuario, y ay de aquel que ose disentir de sus verdades reveladas. Las leyes son cosa suya, nada más que suya, y hacemos la interpretación que se nos pasa por nuestro ilustrísimo magín... Читать дальше...