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Май
2024

Una galería del Mariachi Potosino en el museo de arte de Pilsen honra el legado de los músicos en Chicago

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Amador Alba, el último miembro sobreviviente del Mariachi Potosino, admira una exhibición dedicada al grupo musical en el Museo Nacional de Arte Mexicano de Pilsen.

Zubaer Khan/Sun-Times

Durante décadas, generaciones de familias mexicanas de Chicago han considerado que el mariachi es esencial en cualquier celebración.

Desde fiestas en el patio y banquetes de boda, hasta marchas de las Panteras Negras de Chicago y eventos de cumpleaños del ex alcalde Richard J. Daley, el Mariachi Potosino estuvo presente en todos los momentos importantes y, en muchos casos, históricos.

Más de 20 años después de la muerte del fundador del Mariachi Potosino, José Cruz Alba, su legado renace en una exposición en el Museo Nacional de Arte Mexicano: desde su lugar de nacimiento en Ignacio Allende, Durango, México, en 1918, hasta su vida en el lado sur de Chicago, donde su amor por la música se extendió entre las comunidades de inmigrantes de clase trabajadora que anhelaban recuerdos de su tierra por medio de los instrumentos, las guitarras y el vibrato del mariachi.

ES Mariachi Potosino
‘Mariachi Potosino: The Sound of Home’

Cuándo: Hasta el 10 de noviembre

Dónde: National Museum of Mexican Art, 1852 W. 19th St.

Admisión: Free

Información: nationalmuseumofmexicanart.org/

El museo de Pilsen ha conservado los más de 60 años de historia del grupo musical en Chicago y más allá a través de archivos de periódico, fotografías, partituras, instrumentos y mucho más.

Amador Alba, de 79 años, es hijo de Cruz Alba y el último miembro sobreviviente del Mariachi Potosino. Cesáreo Villalobos, miembro fundador, tocó la trompeta hasta la disolución del grupo en 2019 y falleció en marzo.

Cuando el primo de Alba y cocurador, Roberto "Beto" Vargas, le habló de la idea de la exposición, Alba admite que, aunque "hicimos muchas cosas grandes por la Municipalidad", no había considerado al mariachi algo "fuera de lo común", probablemente porque, para él, era simplemente parte de su vida.

"Pero cuando [Beto] reunió todo esto, y lo miro, ni mis hijos podían creerlo", dijo.

Vargas, un artista jubilado, empezó a buscar entre fotografías y documentos después de que su hija menor, Micaela, le pidiera que le contara la historia de su tío abuelo, para que ella también pudiera contar algún día la historia de su familia.

Les llamó a sus primos para que colectaran todo lo que pudieran relacionado con el Mariachi Potosino. Mientras redescubría la rica historia familiar del Mariachi Potosino con la ayuda de la cocuradora Rita Arias Jirasek y el conservador principal del museo, Cesáreo Moreno, Vargas se dio cuenta: "[Tenemos] algo bueno aquí".

El Mariachi Potosino da una serenata al Senador Robert F. Kennedy en el evento American G.I. Forum en 1965.

Adalberto Barrios Archive

Los miembros del Mariachi Potosino eran trabajadores: braceros empleados en las famosas fábricas de acero de Chicago que se esforzaban por dar una buena vida a sus familias. Los fines de semana cambiaban sus uniformes de trabajo por trajes de charro, guitarras, trompetas y violines.

"Eran personas que formaban parte del tejido comunitario", afirma Jirasek. "Eran trabajadores, no eran estrellas de cine famosas.

"Se transformaron en estos ídolos de matiné".

A los 17 años, Alba se convirtió en el miembro más joven del Mariachi Potosino; el siguiente más joven tenía 34 años. Se unió al grupo después de que su padre le dijera unos años antes: "Quiero que tomes clases de trompeta".

"No me lo estaba pidiendo", dijo Alba al Sun-Times durante una reciente visita a la galería. "Lo tomé como una orden".

Describió a su padre como una persona muy querida por la comunidad; defendía aquello en lo que creía y nunca olvidó sus raíces. Nacido dos años antes del final de la Revolución Mexicana, Cruz Alba siempre estuvo influido por la música y la política. Recaudó fondos para reparar la capilla y la escuela de su pueblo natal, e incluso compró una ambulancia para ellas.

Alba recuerda con cariño la noche que su padre le dio su primera cerveza durante un descanso en un concierto, y está agradecido con el Mariachi Potosino porque el grupo le ayudó a conocer a su esposa hace 56 años, Yolanda Alba.

Amador Alba vio por primera vez la galería con su mujer y sus hijos, nietos y su madre, Virginia Sánchez Alba, de 103 años, que lloró al ver al traje de charro de Cruz Alba.

Amador Alba, hijo de José Cruz Alba, admira una exhibición dedicada al grupo musical en el Museo Nacional de Arte Mexicano de Pilsen.

Zubaer Khan/Sun-Times

Vargas consideraba a Crúz Alba como una "figura paterna", ya que la suya falleció cuando él sólo tenía un año. Contaba recuerdos de su infancia cuando viajaba con el mariachi a sus tocadas y se ponía sus sombreros.

"Eran demasiado grandes", dijo Vargas, riendo al recordar cómo intentaba ponérselos para dormir mientras viajaban en la parte trasera del coche de su tío mientras éste tocaba en mariachis por todo México.

Los mismos sombreros acabaron emigrando con los Alba a EE.UU. en 1956 y, dos años más tarde, ayudaron a formar el Mariachi Potosino. Se conservan para siempre en las fotografías familiares que ahora cuelgan en el museo junto a imágenes de figuras importantes como Jesús "Chuy" García, hoy congresista por el 4º distrito de Illinois, y Patricia Nixon, esposa del ex presidente Richard Nixon.

"Llevaba alegría a todo el mundo. En cierto modo se lo estamos devolviendo", dijo Vargas de su tío. "Ese es el legado que trajimos a este museo... mostrar lo que Don José Cruz logró en vida".

José Cruz Alba y su hijo Amador Alba tocan en una marcha de protesta liderada por residentes contra la construcción del campus de la Universidad de Illinois de Chicago en 1960.

Chicago History Museum/ST-17600243, Chicago Sun-Times Collection, Chicago History Museum