La reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana encalla: choque entre Bildu y PNV por la «autoridad» de la policía
La reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana se encuentra encallada ahora mismo por las diferencias entre los diferentes grupos parlamentarios que forman parte de la mayoría de la investidura y, sobre todo, por Bildu y PNV. La reforma legislativa, bautizada como «ley Otegi» por sus detractores porque ha sido impulsada por Bildu, está paralizada, según informan fuentes parlamentarias a LA RAZÓN, porque el PNV se ha plantado ante los cambios que quiere introducir la izquierda abertzale porque suaviza la desobediencia y resistencia a la autoridad. El PNV quiere evitar que se rebajen las sanciones de graves a leves como pretende Bildu para preservar el principio de la autoridad policial.
«No hay nada por ahora. Estamos en el mismo punto que tras la toma en consideración. Es muy difícil de sacar porque hay muchos puntos contrapuestos», señalan otras fuentes parlamentarias conocedoras de la materia, pese a que desde Bildu se trata de trasladar la imagen de que la ley se va a desbloquear y se puede aprobar pronto. De hecho, la izquierda abertzale aseguró desde el primer momento que tenía la intención de que la ley estuviera aprobada antes de que acabara 2024, pero ya han pasado dos meses de ese plazo y la ley está más que bloqueada ahora mismo.
La ley sí ha superado ya el primer filtro parlamentario (el debate y la votación de la toma en consideración y de las enmiendas a la totalidad) y ahora está a la espera de la fase de Ponencia: ahí es donde se tienen ya que introducir las primeras enmiendas parciales que los partidos acuerden. Sin embargo, las enmiendas parciales que han presentado los distintos grupos «son muy dispares», tal y como reconocen las mismas fuentes parlamentarias, y eso hace muy difícil un acuerdo en un horizonte inmediato. «Hasta que arranquemos la Ponencia todavía queda. No ha habido negociación», explican las mismas fuentes, que tampoco ven mucho cambio con respecto a la dinámica de la pasada legislatura, cuando la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana encalló y quedó tumbada cuando ya se habían acordado los cambios en 36 artículos.
Sin embargo, en la pasada legislatura, Bildu y Esquerra hicieron descarrilar la reforma legislativa que había impulsado el PNV porque consideraban que faltaban cuatro puntos que ahora sí incluye la nueva iniciativa, que son las infracciones por desobediencia y resistencia a la autoridad y las faltas de respeto a los agentes, además de acabar con las devoluciones en caliente y con el uso de pelotas de goma. En concreto, el punto que más diferencia ahora mismo a Bildu, impulsor de la reforma legislativa actual, y al PNV es la rebaja de las sanciones por desobediencia y resistencia a la autoridad.
También hay diferencia entre los dos partidos vascos con respecto al punto sobre las faltas de respeto a la autoridad ya que ahora Bildu quiere dar una «salvaguarda» a los infractores al permitir que sus insultos puedan quedar sin sanción si se retractan. Esa vía, según los nacionalistas vascos, permitiría que los insultos contra los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad sean muy recurrentes ya que los infractores quedarían impunes, sin castigo.
En este sentido, ahora mismo hay diferencias de contenido entre PNV y Bildu, aunque también va a pesar mucho en las negociaciones el clima político de competencia entre ambas formaciones. Los dos partidos se encuentran rivalizando por el liderazgo de la política vasca y la pelea está muy reñida ahora mismo.
Asimismo, fuentes parlamentarias no solo circunscriben las diferencias más relevantes a PNV y Bildu, sino que también apuntan a Podemos, dado que ha registrado enmiendas que hacen muy difícil que puedan ser aceptadas por los nacionalistas vascos. De hecho, los morados apuntan directamente a eliminar la infracción de las faltas de respeto a la autoridad o reclaman que los agentes, cuando identifiquen a una persona, entreguen luego un escrito con las razones que justifican esa identificación, junto a detalles como la hora, lugar y el número del carnet profesional del policía que haga la actuación en ese momento.
En cualquier caso, la última palabra va a estar en manos del PSOE dado que es el partido que lidera el Gobierno y es la formación que lleva el liderazgo en el bloque de la investidura. Sin el «sí» de los socialistas, cualquier debate entre el resto de partidos puede quedar en agua de borrajas. Y el PSOE, en este sentido, tampoco va a poner las cosas fáciles dado que ya en la pasada legislatura demostró que también se planta en esta materia y acabó frenando las exigencias de Esquerra y Bildu, lo que acabó haciendo descarrilar la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana.