Antonio Damásio, neurocientífico: “Hacer un trasplante de cabeza sería como juntar a dos criaturas”
El investigador portugués, uno de los mayores expertos del mundo en el estudio de la conciencia, analiza los efectos que están teniendo las tecnologías en la mente humana y hacia dónde nos conduce la convivencia con la inteligencia artificial
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Los nombres de Antonio Damásio y su mujer Hanna, que trabajan mano a mano desde hace décadas, pasarán a la historia de la neurociencia por sus aportaciones en el estudio de la conciencia y la forma en que el sustrato físico configura nuestros pensamientos y la toma de decisiones. El autor del exitoso libro El error de Descartes ha visitado estos días Madrid para participar en el Future Trends Forum de la Fundación Innovación Bankinter, que en esta ocasión ha girado en torno a la inteligencia artificial “corporeizada”.
A sus 80 años, Damásio se muestra abierto ante los cambios que trae la tecnología y la inteligencia artificial, pero también cree que algunas de estas herramientas, como las redes sociales, han facilitado la polarización y tensión política que se vive en todo el globo. El director del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California (USC) asegura que no se implantaría un chip para mejorar sus capacidades cognitivas porque no le hace falta, y su viva conversación es buena prueba de ello. Charlamos con él después del encuentro y la conferencia sobre el futuro que ofreció en el hotel Ritz este martes.
Si “la conciencia surge de la alianza entre el cerebro y el cuerpo”, ¿la inteligencia artificial necesitará un cuerpo?
Bueno, de acuerdo con nuestro trabajo, nuestra conciencia requiere este matrimonio entre cuerpo y cerebro. Pero no es imposible que exista otra forma de generar conciencia para un dispositivo artificial sin las necesidades que tenemos biológicamente para nuestro tipo de conciencia.
Sin embargo, algunos científicos trabajan en conseguir que una IA haga la prueba del espejo y se reconozca a sí misma, una versión más ‘corporeizada’ de este tipo de inteligencia.
Sí, en general yo diría que es más difícil generar conciencia en un dispositivo que no tiene vida, por la lógica de la conciencia que conocemos. Si no necesitáramos el control de nuestra vida en nuestro cuerpo, probablemente no seríamos conscientes. Es una especie de efecto secundario de ese proceso, y surge porque tienes un interés creado en la naturaleza, un interés por mantenerte vivo tanto tiempo como sea posible. De modo que la conciencia está al servicio del proceso de la vida, lo que, por cierto, es bastante diferente de la forma en que la gente normalmente concibe la conciencia.
La conciencia es una especie de efecto secundario del proceso de estar vivo
En esa definición, podría haber muchos otros animales o criaturas que también sean conscientes, ¿no?
Por supuesto. De hecho, cuando miras a tu alrededor, todos los mamíferos, aves, reptiles y peces son individuos conscientes.
A lo largo de su carrera ha afirmado que nuestros sentimientos y pensamientos están mediados por algunos cambios físicos en nuestros cuerpos. ¿Podría explicar esto de forma muy sencilla?
Antes que nada, hay que distinguir entre lo que llamamos sentimientos o sensaciones físicas (“feelings”) y las emociones. Los sentimientos homeostáticos ocurren muy temprano en la historia de la vida y en los organismos en general. Mientras que las emociones aparecen mucho más tarde en la evolución y a su vez causan su propio tipo de sentimientos. En la base de todo están nuestros sentimientos de existencia, los que tienen que ver con la regulación de la vida, por ejemplo, hambre, sed, dolor, náuseas… Son sensaciones homeostáticas que reflejan constantemente el estado dentro de tu organismo.
¿Y afectan a tus decisiones?
En efecto. Afectan a tus decisiones, pero en realidad son los sentimientos que emergen de las emociones los que tienen el mayor impacto en nuestras decisiones.
Hay un neurocirujano italiano (Sergio Canavero) que anda todavía prometiendo hacer un trasplante de cabeza, ¿por qué es una idea estúpida?
No conozco los detalles, pero —incluso si fuera posible poner una cabeza en un cuerpo diferente— no creo que sea una buena idea. Creo que sería un gran problema, porque mucho de lo que hemos desarrollado en la base de nuestra psicología está ligado a lo que nuestro cuerpo ha entregado a ese cerebro. Este trasplante sería una mezcla de dos criaturas, la criatura que dio lugar a los sentimientos y luego la criatura que está pensando.
Todo porque tenemos esta visión dualista de que mente y cerebro son cosas separadas, ¿no?
Efectivamente. Nuestra conciencia no es solo el resultado del trabajo del cerebro. Es el resultado de la integración del cerebro y el cuerpo, las dos cosas funcionan juntas. Lo que sentimos no lo crea el cerebro, sino que es creado por la interacción del cuerpo y el cerebro. Las imágenes que constituyen nuestros sentimientos provienen de los fragmentos de músculo y de la mucosa del estómago, y la boca, y muchos otros lugares, de lo que realmente sucede en el cuerpo. Los sentimientos no son fantasmas en el aire, están hechos de lo que somos físicamente.
Los sentimientos no los crea el cerebro, son creados por la interacción con el cuerpo. No son fantasmas en el aire, están hechos de lo que somos físicamente
Este mismo lunes un equipo ha mostrado que personas con lesión medular pueden recuperar el movimiento con estimulación cerebral profunda del hipotálamo, sin relación con el movimiento. ¿Cambia lo que sabemos sobre cómo se conectan estas vías neuronales?
No he leído el trabajo, pero hay numerosas partes del cerebro que tienen que ver con el movimiento, aunque no necesariamente estén en el lugar donde se genera. El movimiento termina generándose a partir de estructuras en la médula espinal, en el tronco del encéfalo y en el propio cerebro. Por ejemplo, los ganglios basales están muy alejados de la estructura que tiene que ver con el movimiento y, sin embargo, su deterioro hace que las personas con la enfermedad de Parkinson tengan problemas con el movimiento.
¿Hasta qué punto han aprendido usted y su esposa gracias a cerebros dañados como el de Phineas Gage? ¿Se sienten como ingenieros que intentan aprender a partir de un motor averiado?
Efectivamente, porque en realidad esa es la forma en que funciona: estudiando algo que salió mal en una máquina. Pero en este caso la máquina es muy compleja. Incluso un automóvil o un avión son muy simples en comparación con nuestro cerebro. Lo que permite el estudio de las lesiones cerebrales es localizar un problema particular y luego estudiar qué parte salió mal para entender cómo funciona junto al resto del sistema.
El estudio de las lesiones cerebrales nos permite entender cómo funciona el conjunto del sistema
¿Están nuestros cerebros preparados para convivir con tantos dispositivos y pantallas? ¿Qué piensa de la teoría de que forman parte de nuestra “mente extendida”?
Bueno, muchos de los dispositivos de IA son prolongaciones de nuestros cuerpos y, en cierta medida, de nuestra mente. Hay formas de realizar determinadas operaciones mejor y más rápidamente. Así que es una mejora, especialmente en el ámbito de la capacidad de memoria y en el ámbito de la velocidad. Creo que contar con IA es útil porque nos da una perspectiva aún mejor de lo que somos y de lo diferentes que somos de las máquinas.
¿Y remodelará nuestro cerebro en el futuro o lo está haciendo ahora mismo?
Sí, absolutamente. Pero el grado en que remodela nuestras máquinas internas es limitado. Le da nueva forma, en cierto modo afina, reorganiza las cosas un poco, pero no hace transformaciones radicales.
¿Qué opina entonces de proyectos como Neuralink, de Elon Musk? ¿Cree que en un futuro la tecnología podrá expandir nuestras capacidades?
Bueno, teóricamente, no es imposible. Ya existen implantes para intentar frenar los ataques epilépticos o ayudar al sistema motor. La cuestión es la precisión con la que vas a poder hacer esas “mejoras”. Y la otra pregunta es: ¿por qué lo harías? Sabes, yo estoy bien como estoy. No me interesa tener un chip en mi cerebro que transforme mi mente, quiero pensar con mi propio sistema.
No me interesa tener un chip en mi cerebro que transforme mi mente, quiero pensar con mi propio sistema
Se hablaba de que la IA haría el trabajo tedioso y ahora parece estar entrando en el terreno de la creatividad, ¿cree que será una seria competencia para los humanos?
Bueno, en relación con las artes visuales o la música, si la IA obtiene el secreto de cómo hacerlo, pueden hacer cosas potencialmente muy interesantes para nosotros. No tengo ningún problema con eso. Creo que esa es una forma de explorar la humanidad y eso está perfectamente bien.
¿Cómo puede ayudarnos la neurociencia a luchar contra la polarización política en la que vivimos?
Oh, esa es una pregunta muy interesante. Y realmente no lo sé, porque creo que lo que está pasando humanamente a nivel político es muy, muy preocupante. Y muy triste. Tal vez la tecnología que nos rodea haya tenido un efecto. No me sorprendería, por ejemplo, que las redes sociales hayan tenido un efecto negativo en la forma en que operamos los seres humanos, porque en lugar de relacionarnos directamente, estamos haciendo que nuestras relaciones sean muy remotas. Esta es mi impresión. Quiero decir, no es científico.
Tal vez la tecnología que nos rodea haya tenido un efecto en los conflictos, nuestras relaciones son menos físicas y muy remotas
Algunos de sus colegas piensan que las ideas políticas están tan arraigadas en nuestro cerebro que cuando alguien las ataca sentimos como una agresión física. ¿Este es uno de los motivos de este tipo de confrontaciones?
Lo es. Vivimos un momento muy preocupante para la humanidad. Y basta con mirar todos los conflictos que están ocurriendo en todo el mundo en este momento. Hay conflictos en todas partes.
Y muchos de ellos son consecuencia de un maremoto que alguien inició en nuestro cerebro en primer lugar, ¿no?
Sí. Exactamente. Alguien ha agitado esas aguas previamente.
¿Algún consejo sobre cómo podríamos protegernos de esta ira o de estos ataques a nuestro cerebro?
Probemos a tomar una buena copa de cava, por ejemplo.