Sánchez no se va, hay que echarlo
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Es preciso reconocer al socialista que nos gobierna un dominio sin parangón del trilerismo político. En la persona de Pedro Sánchez concurren varios factores, todos ellos en grado superlativo, cuya combinación produce un ejemplar de caudillo populista tan perfecto como peligroso: arrogancia, ambición, codicia, narcisismo, astucia, audacia, ausencia de escrúpulos, carencia de principios, amoralidad absoluta . Una mezcla letal que solo puede ser combatida con coraje, firmeza y determinación parejos al atrevimiento sin límites que demuestra él en cada actuación. Cantó Aldama la 'traviata' sanchista (el título de la ópera de Verdi significa 'descarriada', un modo elegante de llamar a una mujer de mala vida, que en este caso serían muchas personas de ambos sexos) y la gran mayoría de... Ver Más