El Gobierno baraja la opción Bullrich 2027 mientras la ministra quiebra al PRO en CABA
"El que bajó el artículo del nuevo código urbano que volvía para atrás un acuerdo del gobierno porteño con Víctor Santamaría para garantizar la aprobación del nuevo código urbano fue Mauricio Macri". La revelación proviene de una fuente al tanto de cada una de las negociaciones en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires donde una verdad ya es inocultable: "El PRO está explotado" y el expresidente se ve obligado a inmiscuirse aún en los textos de los proyectos de ley para ordenar la discusión.
A las 7 de la mañana del jueves pasado un texto que circuló entre los bloques incluyó la obligatoriedad de que los edificios con más de 25 departamentos debían garantizar vivienda para los encargados. Quienes estaban en contra de esa inclusión -entre ellos el mismísimo titular del bloque PRO, Darío Nieto-desplegaron las voces de alarma y la sesión que iba a empezar al mediodía recién inició varias horas después, con el dictamen original que logró su aprobación. Pero las esquirlas continuaron.
Macri y Patricia Bullrich se enfrentaron en las redes por una cláusula que estuvo unas horas incluida en el proyecto del nuevo código urbano de la Ciudad de Buenos Aires. El bullrichista Juan Pablo Arenaza había posteado que "de ninguna manera vamos a acompañar esto (vivienda para los porteros) en el código. Es una lucha histórica del PRO trabajar para bajar el costo de los edificios que son la vivienda mayoritaria de los porteños", lo que fue comentado en X por la ministra de Seguridad, quien lo felicitó por "no aceptar pactos corporativos".
Pero el titular del PRO no podía dejarla con la última palabra en una agenda que él mismo, cuando se enteró, decidió barrer de un plumazo y posteó que "lamento que la ministra Bullrich manipule la verdad y hable de pactos inexistentes, faltándole el respeto al jefe de Gobierno. El proyecto presentado hoy en la Legislatura no incluye la obligación de destinar metros cuadrados para viviendas de los encargados. Podemos discrepar, pero no es aceptable mentir".
Bullrich no mentía precisamente, sino que aprovechaba una fuerte discrepancia en el seno del macrismo acerca de cómo lograr la aprobación del CUR para hacer política contra Macri, su obsesión en la lucha por representar el electorado de Juntos por el Cambio y ofrecérselo a LLA. No es lo que tiene decidido la dirigencia del PRO, más bien parece lo contrario.
Específicamente en la Legislatura, el bullrichismo tiene tres diputados que en la votación del jueves pasado se abstuvieron. Todavía no se fueron del bloque PRO, que en total son 12, pero esa amenaza está muy presente y cada vez más, porque se consideran miembros del oficialismo "nacional" y no del local, tal como pudo constatar El Cronista.
Hasta intentan coordinar estrategias con el bloque que de LLA que conduce Pilar Ramírez quien, finalmente, terminó votando en contra por instrucción de Karina Milei, quien se mostró ofendida porque el jefe de Gobierno no había impulsado el tratamiento sobre tablas del blanqueo y la ley RIGI, tal como se habría comprometido. Claro, Jorge Macri no estaba enterado en ese momento del acto en Parque Lezama. Aunque nadie quiere confirmarlo, los días del bullrichismo en el bloque del PRO estarían contados.
En diálogo con el periodista Ignacio Ortelli, la ministra dijo el domingo por Radio Rivadavia que haría lo que el Presidente le pida en caso de que le proponga ser candidata a senadora por la Ciudad. Expresó que no le interesaba dejar el puesto que hoy ocupa, dijo que "son muchas las cosas que se comentan", y fue aflojando su postura, finalmente sin negarse en forma taxativa. Un plan que anida en la Casa Rosada es que en 2027 Bullrich sea la candidata de LLA como jefa de Gobierno porteño.
La situación que se vive en la Legislatura porteña es parecida pero no idéntica en el bloque PRO de la Cámara de Diputados, porque el macrista Cristian Ritondo tuvo la habilidad de sumar a todas las mesas a la bullrichista Silvana Giúdice. Hoy no hay discrepancias de fondo.
Es de suponer que las diferencias de los bloques en el Congreso serán dirimidas más adelante, cuando empiecen a decidirse las listas. Aquí mismo se contó que el PRO de la provincia de Buenos Aires no tiene pensado resignar el primer lugar en la lista de cualquier alianza a José Luis Espert o cualquier candidato que proponga el Gobierno. Aunque tampoco acepta condicionamientos en CABA, el distrito que gobierna. Y los acuerdos que el jefe de Gobierno porteño realizó con la secretaria general del Gobierno nacional están pasando por una enorme tensión.
Desmalezar la relación entre Macri y Milei
Desmalezar la compleja relación entre Macri y Javier Milei implica una tarea para despejar varias áreas. En la Ciudad, Jorge Macri necesita que más allá del acuerdo que él logró con Luis Caputo para que haya cuatro transferencias mensuales por el porcentaje de coparticipación que la Corte Suprema le reconoció, figure en el Presupuesto nacional como partida automática.
En Chubut, Ignacio Torres necesita que las cajas previsionales y que los convenios que se firmaron con Nación para obras públicas estén explícitos. Algo similar sucede en Entre Ríos, cuyo gobernador, Rogelio Frigerio, que pudo constatar que en el Presupuesto hay una asignación para las cajas previsionales, que no es la cuenta exacta que tienen las provincias, pero se acerca. Igual preocupación tiene para monitorear que se incluyan las obras y que se concrete la compensación del pacto fiscal de 2017. También su equipo anticipó que iniciará una demanda ante la Corte para que se le pague a Entre Ríos regalías por la Represa de Salto Grande.
La reunión entre los gobernadores y el bloque PRO de Diputados se concretaría el 8 de octubre donde se definiría la estrategia legislativa para defender las plazas territoriales del PRO, arrancando -según los intereses del propio expresidente- por CABA. Se lanza la batalla electoral de LLA
El acto del sábado de Milei en Parque Lezama para dar por iniciada la batalla electoral con miras al 2025 no era lo que Macri esperaba. Es más, todo indicaría que se enteró una vez de lanzada la convocatoria y lo habría tomado como una nueva afrenta del Gobierno al PRO.
En ese contexto, la amenaza de que Bullrich podría ser candidata a senadora por CABA hace mucho ruido, no tanto porque la ministra esté dispuesta a aceptar una salida de un ministerio que es la clave de su centralidad en el poder, como por el hecho de que LLA no tiene pensado negociar con Macri bajo condiciones de debilidad. Podría ir con Manuel Adorni se comenta en Casa Rosada, aunque todavía nada parece seguro.
A diferencia de Horacio Rodríguez Larreta, que sin renunciar se corrió del PRO para formar su propio sello, el MAD con la meta de construir muy lentamente una arquitectura que todavía no tiene forma, Macri vive la tensión de representar a su electorado buscando no perder identidad, un camino sembrado de espinas y mal entendidos.
Bullrich tiene otros problemas. Pegada a Milei, su sueño de volver a ser candidata a Presidenta en 2027 perdieron sustancia. Si al Gobierno le va bien, habrá reelección. Si al Gobierno le va mal, ella no podrá despegarse. ¿Pero cuánto podrá despegarse Macri si a Milei le va mal?
Por ahora, son todas especulaciones. El debate interno es profundo y, muchas veces, el mismo Macri parece perdido. El exmandatario piensa que en el Gobierno hay dos alas, una que quiere deglutir al PRO y otra que quiere volverlo de la familia, pero la convivencia no logra encontrar un marco seguro para nadie. Gobernar no es fácil, pero ser oposición "dialoguista" mucho menos.
Mientras tanto, casi una metáfora de lo que sucede en lo ideológico, la sede de Balcarce está cerrada, en reparación y reacomodamiento de la estructura de cinco pisos. Aquel edificio que se compró en 2016 se adquirió para una larga vida del PRO, cuando ni soñaban con un presente como el que está viviendo la Argentina.